Durante mucho tiempo la relajación ha sido mirada como una técnica menor, mal entendida tanto por las personas en general como por los colegas Psicólogos. Al ser una técnica aparentemente sencilla ha sido desvirtuada llegando a ser reducida a una técnica de “relleno”, despreciando sus cualidades y beneficios para la persona.
La práctica diaria de la relajación nos aporta múltiples beneficios:
- Aumento del nivel de conciencia
- Mayor nivel de reposo y por ende un descanso más profundo.
- Mejora en el estado de salud física de la persona, al reducir los niveles de estrés.
- Disminución y control de los síntomas asociados a los Trastornos de Ansiedad.
- Más resistencia frente a las enfermedades al reducir los efectos del estrés sobre el sistema inmunológico.
- Estabilización de la presión arterial.
- Mejor oxigenación con el consiguiente beneficio en el funcionamiento de las funciones cognitivas.
- Mayor capacidad de aprendizaje.
- Mejora de la capacidad de recordar datos.
- Resistencia frente a hábitos erróneos: fumar, alcohol, comidas excesivas, etc.
- Aumento del nivel de energía y vitalidad
Estas solo son algunas de las ventajas de la práctica de técnicas de relajación, las cuales darán los resultados descritos solo si son practicados de manera sistemática.
Un sencillo ejercicio para ayudarte a relajarte después de una larga jornada:
Ponte ropa muy cómoda y descálzate.
Deshazte de las joyas y el reloj. Si llevas el pelo tomado suéltalo, la idea es estar lo más cómodo posible. Después y de manera MUY SUAVE haz unos cuantos movimientos giratorios LENTOS con los pies, con las manos y con la cabeza. La idea es que no fuerces las articulaciones.
Ten especial cuidado con la cabeza, los movimientos deben ser suaves y circulares, intentando relajar la musculatura.
Luego tiéndete en la cama o el sofá, apaga la luz si es necesario, la idea es que te encuentres en un ambiente cómodo. Pon el teléfono en silencio y apaga el televisor, regálate 10 minutos para poner la atención solo en ti.
Si quieres puedes tener una música relajante de fondo, aunque la idea es que dependas de ella para relajarte. Pon todo tu cuerpo estirado boca arriba y lo más cómodo posible.
Respira despacio, muy lentamente inhalas por la nariz y EXALAS POR
Si mantienes ese ejercicio por unos minutos lograras un estado de relajación que te permitirá recargar las energías después de un largo día. La técnica descrita es la base para muchos ejercicios, más complejos. Practica una semana y estarás listo para avanzar a otros ejercicios que te ayudaran a lograr esa sensación de bienestar que tanto anhelas.
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