El Focusing constituye una de las más importantes aportaciones del filósofo experiencial y psicoterapeuta Eugene Gendlin, colaborador durante una docena de años de Carl Rogers e investigador incansable de los procesos terapéuticos. Este método corporal fue desarrollado a partir de los años 60. El doctor Gendlin descubrió, después de investigar cientos de grabaciones de sesiones terapéuticas, que las personas que se ponían en contacto con la consciencia corporal, con sus sensaciones corporales, concluían con éxito su terapia. Se abocó entonces a la manera de enseñar este poderoso recurso emocional al que llamó Focusing.
Focusing es un proceso de autoconciencia y curación emocional corporalmente orientado. Es el proceso de “enfocar”, de encontrar esa “sensación sentida” que todos tenemos en nuestro cuerpo (que sabe muchas cosas de nosotros) y de captar que nos pasa ante una situación, una relación personal, una decisión a adoptar permitiéndonos manejar de mejora forma aquello que nos preocupa o que se interpone en nuestro camino. El cuerpo registra emociones y sensaciones por las que atravesamos. Por medio del proceso experiencial del enfoque corporal que llamamos focusing es posible reconocer primero y luego cambiar la forma en que nos afrontamos a los distintos problemas de nuestra vida.
Con focusing estramos en contacto con emociones, sentimientos y sensaciones desde una sensación corporalmente sentidas. Esta sensación al principio es vaga y difusa, poco clara, pero si prestamos atención se manifiesta con mayor fuerza, presentandose como un “algo”, o como una imagen, posee cualidades emocionales que al ser aceptadas y reconocidas pueden cambiar positivamente. En realidad, saber el porqué de las cosas, aunque sea muy acertado, no cambia nada, sólo se produce un cambio verdadero cuando una decisión, o un deseo de pasar a la acción se siente corporalmente como algo real, y no cuando se razona solamente de forma cognitiva.
Con el Focusing:
Nos ponemos en contacto con nuestra sabiduría interior: nadie mejor que uno mismo sabe en realidad lo que necesita.
Nos permite crear una relación de comunicación y confianza con el cuerpo para poder oír la sabiduría interna a través de la conciencia corporal.
Nos ayuda a conocer y aceptar la realidad de nuestro momento experiencial, de nuestros puntos débiles y los fuertes y, desde ahí, lograr el cambio verdadero, coherente y duradero.
Nos propone crear lugares internos despejados y protegidos que amplían el espacio vital, que nos permiten descansar incluso ante el fracaso, y a mantener la distancia adecuada con los problemas para entenderlos mejor y manejarlos mejor.
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