“Aprender a meditar es el mejor regalo que puedes hacerte en esta vida. Pues sólo a través de la meditación puedes emprender el viaje hacia el descubrimiento de tu verdadera naturaleza y encontrar así la estabilidad y la confianza que necesitarás para vivir, y morir, bien. La meditación es el camino hacia la iluminación"
El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte
Sogyal Rimpoché
El propósito de la meditación es despertar en nosotros la naturaleza como-el-cielo de la mente, y presentarnos a lo que somos realmente, nuestra consciencia pura e inmutable, que es la base de toda existencia.
La meditación es la manera de volver a nosotros mismos, el lugar donde poder experimentar y saborear nuestro ser completo, más allá de todos los patrones habituales. En la calma y el silencio de la meditación, vislumbramos y regresamos a esa profunda naturaleza interior a la que hace tanto tiempo perdimos de vista con tantas ocupaciones y distracciones de nuestras mentes, debido a nuestro ajetreo y a nuestra desvinculación con nosotros mismos en nuestra vida cotidiana.
¿Qué diferencia hay entre relajación y meditación?
La meditación es un estado mental tranquilo y alerta; el cuerpo está relajado y la mente concentrada. Los pensamientos quedan a un lado y nos sentimos en armonía con las sensaciones del momento.
La relajación, en cambio, se da cuando la mente va de un lado a otro, entre el sueño, la fantasía y el pensamiento. Podemos estar medio despiertos y no saber lo que estamos pensando. Es un estado agradable, pero fuera de control.
En su obra "Meditación y Psicoterapia", Claudio Naranjo realiza un análisis en profundidad de los distintos tipos y orígenes de la meditación y muestra su aplicación al trabajo terapéutico. Propone entender la meditación como una herramienta terapéutica, intentando expandir la práctica de la meditación hacia los aspectos transpersonales contenidos en las psicologías orientales, lo que va mucho más allá de las habituales pretensiones de la psicoterapia tradicional.