Se encontraba un anciano Maestro Budista con su joven discipulo en una de sus tantas sesiones de meditacion al interior de las montañas cuando de improviso el maestro hace ingresar al joven en una pequeña gruta...
Sobre lo que parecia una tosca mesa de piedra se encontraba un vaso de cristal de muy hermosa factura.
Delicadamente el Maestro cogio el vaso y lo acerco a una fuente que manaba de la misma pared de piedra de la gruta, virtiendo algo de agua cristalina en el interior del vaso... suavemente lo dejo sobre la superficie de piedra y volteo para mirar a su discipulo que observaba atentamente, como siempre lo hacia, las acciones del anciano. Entonces, con su voz suave pero armoniosamente segura le dijo: "Quiero que medites sobre este hermoso vaso de cristal y su estado... quiero que determines si el vaso esta medio lleno o medio vacio... yo volvere en tres dias..." y sin esperar respuesta de su discipulo salio de la gruta intempestivamente, dejando en el aire un delicado aroma a melocotón.
Asi pasaron los dias y el joven discipulo no podia comprender si el vaso estaba medio lleno o medio vacio. Lo primero que hizo fue descartar la creencia popular de que si se ve el vaso medio lleno se es un persona optimista y de que si se ve medio vacio se es pesimista, ya que al ser un monje budista, tenia plena concienciade que él no era el foco de atencion en ese momento, sino el vaso. Luego meditó sobre la naturaleza del vaso, sobre la naturaleza del agua y del cristal... y luego albergo la idea de que el vaso más el agua fueran de una naturaleza distinta, nueva, que juntos conformaran una nueva unidad... pero en vano trataba de comprender en su mente el estado de ese fino vaso de cristal... por alguna razón no lograba acceder a el por mas vueltas que en su mente a la idea le diera.
Así, al finalizar el tercer dia, ingreso silenciosamente el anciano a la gruta encontrando a su discipulo aun sumido en sus cavilaciones... este al verlo y luego de una reverencia en forma de respeto, le planteo su problematica: "Maestro.... llevo tres dias pensando, meditando profundamente... y no logro saber si el vaso esta medio lleno o medio vacio... y eso me angustia.... "
El anciano no se impaciento, escucho atentamente a su joven discipulo y muy serenamente le dijo: "Si no logras saber si el vaso esta medio lleno o medio vacio... y eso te angustia... entonces simplemente ....Rompe el Vaso"
Y luego de decir esto dejo caer el delicado vaso de cristal al piso haciendose mil pedazos, liberando la mente del joven discipulo que lucho por entender en su cabeza aquello que simplemente debia sentir en su interior...
"Mushin ("No-mind")"
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